El gran error de crear un «dios personalizable»

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En el mundo de los negocios, la personalización de productos o servicios se refiere a la individualización solicitada por el cliente para modificar ciertos atributos físicos o funcionalidades, con el fin de obtener un producto o servicio único a la medida.

Desafortunadamente, en muchas ocasiones hacemos de igual forma con nuestra idea de quién es Dios. Fabricamos una especie de «dios personalizado», que se ajusta a nuestro modo de vida o ideología. Concebimos un concepto o idea propia de Dios, desestimando todos los demás atributos descritos en la Biblia. Creamos un «dios» a nuestra imagen y conveniencia.

Es muy común escuchar decir a personas que creen en un «dios» que es todo amor y que nunca juzgaría su estilo de vida. Estas afirmaciones lejos de ser verdaderas son más bien dañinas y engañosas. Primeramente, su palabra nos dice que Dios es amor, y que nos amó tanto, que envió a Su único hijo para pagar por nuestros pecados (leer Juan 3:16), sin embargo, Él también es justo y santo. En cuanto a su justicia, Dios «…ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia…» – Hechos 17:31. Y en cuanto a la santidad, la cual consiste en vivir de acuerdo con los preceptos morales de la Biblia y en contraste con los del mundo, es un requisito fundamental para tener una relación con Dios. Por eso se nos ordena en 1 Pedro 1:16: «Sean santos, porque Yo soy santo».

Quiero concluir recordándote que no existe forma alguna en que construyamos un concepto real y válido de la persona de Dios a partir de nuestras convicciones y experiencias personales. Él es todo lo que la Biblia dice que es. El es santo, justo, amoroso y perdonador. No podemos quitarle ni sumarle cualidades. Mi consejo es que te acerques a Dios. Que le busques y le empieces a conocer a través de Su santa revelación encontrada en la Biblia.

Que Dios te bendiga a ti y tu familia.

Emmanuel De La Rosa

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